martes, 25 de noviembre de 2014

Monovisión: una solución a la presbicia y a la miopía de baja graduación (II)

Lo primero que hay que saber acerca de la monovisión es que se trata de una solución que únicamente puede aplicarse en caso de que la miopía sea de baja graduación (es decir, que el paciente tenga pocas dioptrías de miopía). También es preciso ser consciente de que, aunque la mejora de la visión con esta técnica es notable, ya que se corrige buena parte de ambos defectos, en realidad no restablece el cien por cien de la visión.
Al llegar a una cierta edad, todas las personas tenemos un ojo con el que vemos sensiblemente mejor que con el otro. Este ojo recibe el nombre de “dominante”. La técnica de la monovisión implica corregir el defecto refractivo (miopía) en el ojo dominante, de forma que ese ojo pueda percibir con nitidez objetos en largas distancias. En cuanto al ojo no dominante, se corrige de forma que permita efectuar trabajos que requieren visión de cerca sin ningún otro tipo de corrección óptica. Dicho de otro modo, el ojo que no tiene defectos de refracción se “especializa” en la visión de lejos, mientras que el ojo con miopía se dedica a la visión de cerca.
En general, la adaptación a esta situación suele ser muy buena, aunque es imprescindible que el paciente al que se le propone esta técnica entienda bien la situación. Cuando la adaptación es exitosa, la persona ya no requerirá otras correcciones ópticas (como gafas progresivas) más que en algunas situaciones especiales, como por ejemplo la conducción de noche o a la hora de leer letras muy pequeñas. En caso de intolerancia, la situación puede revertirse.

Monovisión: una solución a la presbicia y a la miopía de baja graduación (I)

Tradicionalmente, las personas con miopía que al llegar a la cuarta década de la vida comenzaban a notar síntomas de vista cansada solucionaban ambos defectos visuales mediante el uso de gafas, bien bifocales (con dos áreas diferenciadas de enfoque en los vidrios, una para ver bien de lejos y otra para ver bien de cerca) o bien progresivas (bifocales en las que el área central presenta una graduación progresiva –de ahí el nombre– que abarcan todas las distancias). Recordemos que la presbicia es un problema ocular originado por la pérdida de flexibilidad del cristalino, pérdida que hace que la persona que la padece tenga dificultades para la lectura o para la realización de tareas que requieran buena visión de cerca. 

Sin embargo, existe una solución para las personas miopes con presbicia que no deseen llevar gafas: la monovisión. Se trata de una técnica que consiste en la utilización de un ojo para ver de lejos y el otro para ver de cerca. Aunque inicialmente se ha utilizado como método de corrección del tándem miopía más presbicia, es una opción que cada vez tiene más indicaciones.

Para corregir la miopía en uno de los ojos puede emplearse la misma técnica que se usa en la cirugía de la catarata (la denominada facoemulsificación), o bien el láser LASIK, que también se emplea para el tratamiento de los defectos refractivos.

martes, 5 de agosto de 2014

¿A partir de qué edad una persona puede operarse para corregir la presbicia?

Según el Dr. Daniel Elíes, del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), los pacientes que tienen un cristalino que ya no acomoda, es decir, que ya no es capaz de enfocar en visión cercana, y que han cumplido los 55 años de edad pueden ser candidatos a cirugía para corregir la presbicia.



No se recomienda el tratamiento quirúrgico de esta patología antes de los 55 años porque se considera que, en condiciones normales, la presbicia aún no ha completado todo su recorrido; un paciente puede tener vista cansada a los 45 años pero, sin ninguna duda, tendrá más a los 55. Por norma general, hasta los 55 años el cristalino tiene un poder de acomodación (una capacidad de enfoque) que es mejor respetar. A partir de esta edad y en ojos adecuados, se puede plantear una cirugía de presbicia implantando una lente bifocal o multifocal intraocular.


No todos los pacientes que desean someterse a tratamiento quirúrgico pueden hacerlo; es preciso llevar a cabo un estudio previo completo para determinar si ese ojo es buen candidato para este tipo de cirugía.  

¿Qué sucede con la visión a partir de los 40 años?

A partir de la cuarta década de la vida, se activa el proceso degenerativo del ojo. Algunas estructuras oculares pueden iniciar un proceso de envejecimiento que condicione la visión. Es el caso del cristalino, la lente natural del ojo humano, que empieza a perder elasticidad y, con ella, capacidad de acomodación. Además, a partir de esta edad también pueden comenzar a gestarse patologías oftalmológicas que revisten mayor gravedad, como por ejemplo el glaucoma, una enfermedad que provoca un daño progresivo en el nervio óptico  y cuya incidencia crece con la edad. Si no se detecta y se trata a tiempo, el glaucoma puede hacer perder la visión totalmente.



Los primeros síntomas de la vista cansada comienzan a manifestarse entre los 40 y los 45 años de edad; al llegar a los 50 años, el porcentaje de población con este trastorno es muy elevado.


Por todas estas razones, a partir de los 40 años es importante someterse a una revisión oftalmológica completa al menos una vez al año (con mayor frecuencia si existe algún factor de riesgo añadido). 


miércoles, 9 de julio de 2014

¿Se puede tratar quirúrgicamente la presbicia?

Aunque lo habitual es corregir la vista cansada usando gafas, en determinados casos puede recurrirse a cirugía, normalmente cuando la presbicia está asociada a otros defectos de la visión, como miopía, hipermetropía o cataratas.




Existen varios tipos de cirugía, si bien la más habitual es la implantación de lentes intraoculares, una opción empleada para corregir defectos refractivos, como la miopía o el astigmatismo. La cirugía no siempre puede llevarse a cabo; previamente debe efectuarse una exploración oftalmológica, y el especialista determinará si la cirugía es posible o si existe una opción mejor.


En cualquier caso, para determinar el tratamiento o la cirugía adecuados, es importante realizar un estudio personalizado del paciente con objeto de detectar otros factores clave, como la edad, la profesión o las preferencias personales.

¿Cómo se puede tratar la presbicia?

No existe una cura para la presbicia. Pero en la actualidad disponemos de algunos métodos dirigidos a compensar la pérdida de acomodación o capacidad de enfoque del cristalino.

Normalmente, para facilitar el enfoque correcto se prescriben gafas de lectura o lentes de contacto bifocales. Existen tres tipos de gafas para corregir este defecto; la elección de uno u otro tipo dependerá de las necesidades de cada paciente:

  • -       Gafas bifocales: utilizan lentes bifocales, es decir, lentes con dos campos visuales diferenciados. Están indicadas para personas que deben corregir tanto la visión cercana como la lejana (por ejemplo, en caso de miopía y presbicia simultáneamente).
  • -       Gafas trifocales: emplean lentes trifocales, que corrigen la visión cercana, de distancia intermedia y lejana.
  • -       Gafas progresivas: la parte superior del cristal sirve para la visión de lejos, la inferior corrige la cercana, y la central tiene una graduación progresiva que abarca todas las distancias.



Cuando se usan gafas para corregir la presbicia, entre los 40 y los 60 años de edad, lo habitual es que sea preciso cambiarlas cada dos años para eliminar la borrosidad originada por el endurecimiento del cristalino.

miércoles, 2 de julio de 2014

¿Qué es la presbicia?

La presbicia, más conocida popularmente como “vista cansada” es un defecto ocular  producido por la pérdida de flexibilidad del cristalino, que es la lente natural de nuestros ojos. En personas jóvenes, el cristalino es capaz de adaptarse para enfocar con la mayor nitidez posible los objetos, incluidos aquellos que están en lo que se considera “vista cercana” (muy próximos). Sin embargo, a partir de los 40 años de edad esta lente va perdiendo elasticidad (es decir, “capacidad de acomodación”) y, con ella, su eficacia en el enfoque de los objetos más cercanos.



Como resultado, la persona con vista cansada ve desenfocadas o borrosas las imágenes próximas, lo que altera el desarrollo normal de actividades cotidianas fundamentales como la lectura o la escritura. Intentar llevar a cabo este tipo de actividades sin la corrección adecuada puede ocasionar dolor de cabeza, especialmente si se fija la vista  durante un tiempo prolongado, por ejemplo, en un libro o en la pantalla de un ordenador.


Se trata de un defecto relacionado con un proceso de tipo degenerativo y, debido a ello, no puede tomarse ninguna medida preventiva. Para más información click aquí.