Aunque lo habitual es corregir la vista cansada usando gafas, en
determinados casos puede recurrirse a cirugía, normalmente cuando la presbicia
está asociada a otros defectos de la visión, como miopía, hipermetropía o cataratas.
Existen varios tipos de cirugía, si bien la más habitual es la
implantación de lentes intraoculares, una opción empleada para corregir
defectos refractivos, como la miopía o el astigmatismo. La cirugía no siempre
puede llevarse a cabo; previamente debe efectuarse una exploración
oftalmológica, y el especialista determinará si la cirugía es posible o si
existe una opción mejor.
En cualquier caso, para determinar el tratamiento o la cirugía
adecuados, es importante realizar un estudio personalizado del paciente con
objeto de detectar otros factores clave, como la edad, la profesión o las
preferencias personales.